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Por Victoria Rodríguez
El activista trans Giovi Novello presentó su libro “El secreto más profundo” (Editorial Planeta) en el que aborda la construcción de su identidad como varón trans pero también la necesidad de acompañar a las niñeces trans para que puedan vivir una infancia plena. En diálogo con Buena Mañana, el artista santafesino también analizó el contexto nacional, el crecimiento de los discursos de odio y el impacto en la comunidad LGBTIQ+ (lesbianas, gays, bisexuales, trans, travestis, intersex, queer y más).Sobre la publicación que se presentó en el marco de la Feria del Libro de Buenos Aires, Giovi contó: “Creo que, en principio, el libro lo empecé a escribir con la idea de no olvidarme de algunas vivencias que había tenido cuando era chico, sobre todo. Porque me pasaba que a veces en los acompañamientos que hacía a otros compañeros, más chicos, por ahí con todo esos procesos de angustia que ellos tenían y todo, yo me daba cuenta de que eso había quedado un poco atrás para mí, desde el momento en el que pude empezar a vivir mi identidad más libremente”.
Y agregó: “Pero no quería olvidarme todo lo que había pasado, quería dejar como una especie de registro que también me sirva para volver ahí en los momentos que lo necesite y ver, bueno, todo lo que se logró después. Así que bueno, es un libro de capítulos cortos con distintas historias en donde fui dejando quizás las que más me marcaron”.
Acompañar a las infancias
A lo largo de su historia, Giovi recupera muchas de las vivencias de su infancia. Cuenta cómo sabía, desde muy pequeño, que su identidad de género no correspondía con lo que su entorno esperaba de él. Además comparte historias de otros niños trans con los que se encontró a partir de la militancia y a quienes acompañó en el proceso de construcción de su identidad, junto a sus familias.Consultado sobre el momento en el que las personas trans son conscientes de su identidad, el referente de la Asociación de Varones Trans dijo que es parte del proceso de cada persona pero que todas lo saben desde muy muy pequeñas, aún cuando no pueden ponerle nombre a lo que sienten porque, en general, no tienen referencias de personas trans.
“Pareciera ser también que en la sociedad en la que estamos no hay un momento que sea el indicado para que sea algo aceptado, para que sea algo naturalizado –explicó Giovi–. Me parece que hay algo ahí que incomoda quizás o que no se termina de entender. Me parece que todas las personas cisgénero también sabían quiénes eran a los seis años, cómo se llamaban y si eran una nena o un nene. Eso es algo más profundo que uno lo sabe y que por ahí cuesta mucho en el mundo cisgénero poder entenderlo porque es algo que ya se tiene naturalizado porque es lo esperado que una persona sea así, entonces no se te cuestiona la identidad, pero de repente cuando sos trans y sos un niño se te cuestiona y mucho. Creo que ahí empieza esa primera vulneración de derechos”.
En la misma línea, el autor remarcó que “estamos en un momento muy alarmante porque las personas que estamos en el activismo y que nos visibilizamos sabemos que nos ponemos en riesgo. Uno sabe que al salir en un medio o acercarse a una escuela después va a recibir un montón de amenazas. Los discursos de odio hoy circulan muy libremente. Creo que el objetivo es que nos callemos, que cada vez menos personas se animen a visibilizarse, a hablar; de a poco desaparecernos. Pero sabemos que eso no va a pasar porque las niñas y niños trans existen y van a seguir existiendo. Y hay un Estado ausente que tiene que saldar esa deuda”.
De todas maneras, también reconoció que, de manera paralela a esa situación de violencia, existe otra realidad que es la de las escuelas e instituciones en las que esas niñeces trans participan y pueden poner en palabras su identidad. “Son muchas las instituciones que, en la desesperación de no tener ningún programa nacional, ni una bajada para trabajar la temática, van haciendo redes. Nosotros vamos a trabajar a capacitar a las escuelas porque las y los docentes se dan cuenta de que, de repente, dentro de las aulas hay un montón de niñas y niños que dicen libremente su identidad. Eso era algo que antes no pasaba, no porque no existíamos sino porque ahora, por suerte, lo dicen. Eso hay que acompañarlo”, resaltó Giovi.
Respecto a cuál es la recomendación para las familias en las que una niña o un niño expresa su identidad de género autopercibida y diferente a la asignada al nacer, el activista trans fue muy claro: “Lo principal es escuchar y validar. Es muy difícil cuando sos un niño trans poder poner en palabras qué es lo que te pasa. Yo cuando era niño sabía que era un varón pero no sabía cómo explicar qué varón era”.
Una vez que está dada esa validación y acompañamiento por parte de la familia y el entorno más cercano de esa niña o niño trans, el trabajo viene con las instituciones en las que participa. “Para acompañar a una niñez trans hay que ir adelante de todo, lamentablemente. Tenés que ir vos a la escuela antes de que llegue, para llevar la ley de identidad de género y ver si la conocen. Lo mismo en el club y en todos los espacios que habitan las niñeces”, adelantó y reconoció que, muchas veces, “los espacios que habitan las niñeces trans terminan siendo espacios de violencia”.
